Miradores del Archiduque en la zona de Miramar

29-oct-2011+ ficha- fichaVer trackGalería de fotos La ruta que nos ocupa hoy, ya la publicó Emilio Alonso en la Ultima Hora en Enero de 2008. El la llamó Miramar y s’Arxiduc.
Empezamos junto al hotel El Encinar (Ca Madó Pilla) en la carretera MA-10 entre Valldemossa y Deià. Junto al parking del hotel hay una pared baja que da a unas escaleras, en bastante mal estado, por las que iniciamos el descenso pasando junto a la piscina. En 5’ llegamos al primer mirador.
El Mirador des Pi o del Niu des Corb. Volvemos al camino que seguíamos y al poco se bifurca en unos escalones ascendentes y otros descendentes. Tomamos la opción de la izquierda, descendente y el camino va pegado a la pared y bajo la cornisa rocosa que forma la pared. Pasa enseguida por una zona algo expuesta, donde hay un cable de seguridad. Enseguida pasaremos por la zona de bancos de la Font de s’Ermitanet (6’ desde el mirador). En 4’ llegamos a un desvío que tomamos a la izquierda para bajar por unas escaleras al merendero, con mesas y bancos de piedra.
De aquí sale otra escalera que nos dejará sobre el puente que lleva hasta la capilla –partida por un rayo- del beato Ramón Llull.
Volvemos atrás por el puente, pero en lugar de subir por las escaleras por las que hemos bajado, giramos a la izquierda donde arranca un camino que pasa enseguida junto a la cueva Dels Serafins. Enseguida daremos a un cruce que tomamos a la derecha. Sólo pocos metros más arriba tomamos el camino de la izquierda. En 4’ llegamos a una vieja barrera metálica que nos da acceso a la zona de Els Pontets de la Font Cuberta.
En la parte baja del Els Pontets, hay otra vieja barrera metálica que da acceso a unas escaleras y un camino de bajada que hace unos zigs-zags.
Conviene memorizar esta zona, ya que si no queremos salta la rejilla de Miramar que nos separa del mirador de Sa Ferradura, deberemos volver hasta aquí, para bajar por el sendero que discurre a la derecha de la torrentera, con algunos escalones terrosos, que nos bajarán en 4’ a una zona de amplios bancales, donde arranca hacia la izquierda el camino del Guix.
Hasta este punto también llegaremos siguiendo la ruta tal y como la realizamos hoy.
Después de los zigs-zags, el camino gira a la derecha acercándose a las paredes. En 3’ estaremos en las escaleras que suben por la cornisa rocosa hacia unas cuevas. Las Coves de Ponent. En el segundo tramo de escaleras encontraremos a la derecha un bajorrelieve del beato Ramón Llull. 2’ más arriba, pasamos una vieja rejilla –abierta- y nos topamos de frente con un collado de tordos y detrás a la izquierda está el mirador del Guix. Al norte entre los olivos podemos entrever el mirador de Sa Ferradura, al que se llega por un amplio camino de carro cerrado por una rejilla metálica. Aquí es donde hacemos de furtivos, saltando la rejilla para poder llegar hasta este precioso mirador.
Situados en el mirador, mirando al mar, a la izquierda arranca un camino en clara bajada –camino del Guix o de la Mar-, enseguida cerrado por un portillo de madera y rejilla. Lo saltamos y seguimos el camino para llegar en 5’ a un nuevo mirador a la derecha de otro collado de tordos. Se trata del mirador de Miradors. Por lo visto desde él se divisaban otros miradores, pero actualmente a causa de la vegetación que lo rodea, han quedado bastante reducidas las vistas.
Seguimos bajando por el camino y a los 5’ llegamos a una especie de rellano, entre bancales, con encinas y pinos.
Este es el punto de unión con el camino que baja directamente desde Els Pontets de la Font Cuberta, en el caso de haber optado por no saltar la rejilla de Miramar.
En este caso seguimos de frente y en 6’ llegaremos a un nuevo mirador. El del Pi Sec. Encontraremos a la izquierda del camino lo poco que queda de él.
Seguimos bajado y en 25’ hay un desdoblamiento del camino. Tomamos la opción de la derecha. En 5’ llegaremos a la zona de el Guix, después de haber pasado junto a una sitja. Encontraremos a la izquierda al amparo de unas rocas el Berenador dels Penyals con mesa y bancos de piedra. Algo más abajo están los restos de la caseta del Garriguer.
Es aquí, sobre una roca que se adentra en el mar, donde al archiduque Luís Salvador montaba la caseta de baño.
Volvemos un poco atrás para continuar por el camino que encontraremos a la derecha de la sitja, en dirección suroeste, llamado camino de Ses Vinyes. A los 6’ encontraremos una rejilla con un escalerilla para salvarla y en 9’ más llegaremos a la pista de cemento que baja hacia el Caló de s’Estaca. Tomamos esta pista a la derecha y a los 2’ de bajar, en una curva a derechas, veremos el inicio de un camino de tierra que nos bajará hasta el pequeño aparcamiento del Caló y que mediante unas escaleras nos dejará junto a las casas de la entrada. Se trata de unas antiguas casas de pescadores, hoy rehabilitadas y usadas más bien como residencia de fin de semana y de veraneo. Merece la pena bajar hasta el pequeño embarcadero y si el tiempo y la temperatura acompañan, podemos darnos un refrescante chapuzón.
Regresamos por el mismo camino de bajada hasta el cruce con el camino de Ses Vinyes –donde estaban los pilones- y subimos un par de curvas más por la pista de cemento, para en 2’, encontrar un par de hitos a la izquierda que nos marcan el inicio del Camí Nou de s’Estaca, por el que tenemos que subir.
Este camino, ahora mucho más despejado que la vez anterior que lo transité, nos llevará en 15’ y después de varios zig-zags hasta el mirador del Figueral.
En 8’ más siguiendo el camino ascendente, llegamos al impresionante mirador del Creuer, con forma de torre. Desde aquí se divisa perfectamente la capilla del beato Ramón Llull y el puente de acceso.
Seguimos por el camino de subida, tomando un primer desvío a los 4’ a la derecha, sentido ascendente y así llegar a los tramos de camino que hemos recorrido de bajada. Las siguientes dos opciones tomamos a la izquierda para no volver a pasar por la capilla y pasar en 3’ por la zona de bancos de la Font de s’Ermitanet y desde aquí de nuevo al mirador del Pi. Poco antes de llegar a éste, tenemos unas estupendas vistas de las casas de s’Estaca, que a pesar de haberlas construido el archiduque, se hicieron famosas cuando las compró el actor Michael Douglas.
Desde aquí, en solo 5’, estaremos de nuevo en el hotel El Encinar, donde damos por concluida la ruta de hoy.
En esta ocasión sólo me acompañó Esteban.
 

Mapa de la ruta
 

La ruta en 3D